Donald Trump regresará a la Oficina Oval el 20 de enero, día en el que prestará juramento como el 47º presidente de Estados Unidos. El 20 de enero, día de la toma de posesión, casi 11 semanas después de que el país acudiera a las urnas y eligiera a su líder para los próximos cuatro años, muchos se preguntaron qué pasaría si el presidente electo no pudiera asistir a la ceremonia.
La toma de posesión del Presidente simboliza la toma de posesión formal del cargo del nuevo Presidente. Sin embargo, el período entre la elección y la toma de posesión puede dejar lugar a acontecimientos imprevistos y, en tales casos, la constitución describe procedimientos claros a seguir.
¿Qué pasa si el presidente electo de Estados Unidos no asiste a su toma de posesión?
Si un presidente electo no puede asumir el cargo, la responsabilidad de gobernar el país pasa al vicepresidente electo, dice la Constitución de Estados Unidos. Esta regla asegura la continuidad del liderazgo en situaciones inesperadas.
Más específicamente, la Sección 3 de la Vigésima Enmienda proporciona aclaraciones sobre tales cuestiones. Dice: “Si, en el momento fijado para el comienzo del mandato del Presidente, el Presidente electo muere, el Vicepresidente electo pasará a ser Presidente. Si un Presidente no es elegido antes del momento fijado para el comienzo del mandato su mandato, o si el Presidente electo no califica, entonces el Vicepresidente electo actuará como Presidente hasta que un Presidente sea calificado.”
¿Alguna vez un presidente de Estados Unidos no ha asistido a su toma de posesión?
Aunque no existe tal precedente, la historia proporciona varios casos en los que presidentes en ejercicio quedaron incapacitados o murieron durante su mandato. Entre ellos se encuentra el intento de asesinato de James Garfield en 1881, que lo dejó incapacitado hasta su muerte unos meses después. Tras su muerte, el entonces vicepresidente Chester Arthur asumió la presidencia.
De manera similar, en 1919, el presidente Woodrow Wilson sufrió un derrame cerebral debilitante que lo dejó postrado en cama durante varias semanas. Durante su recuperación, el vicepresidente Thomas Marshall presidió las reuniones del gabinete pero se abstuvo de tomar decisiones importantes.
Otro ejemplo es la rápida sucesión de Lyndon Johnson, quien prestó juramento pocas horas después del asesinato de John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963.
En marzo de 1981, un intento de asesinato incapacitó temporalmente al presidente Ronald Reagan. En ese momento, el entonces vicepresidente George HW Bush se encontraba en Texas. Cuando se le informó del estado del presidente, surgieron preocupaciones sobre la seguridad de las comunicaciones entre Bush y el personal de la Casa Blanca. Como resultado, no se introdujo la Enmienda 25 y el Secretario de Estado Alexander Haig asumió el cargo hasta que Bush regresó a Washington.