Zúrich:
Un grupo de muerte asistida espera utilizar por primera vez en Suiza una nueva cápsula suicida portátil para potencialmente proporcionar muertes no supervisadas en unos meses, dijeron el miércoles.
La cápsula Sarco, que parece de la era espacial, presentada por primera vez en 2019, reemplaza el oxígeno del interior con nitrógeno, provocando la muerte por hipoxia.
La organización recientemente formada The Last Resort dijo que no veía barreras legales para su uso en Suiza, donde la ley generalmente permite el suicidio si una persona se suicida por su cuenta.
“Dado que tenemos gente haciendo cola, pidiendo usar Sarco, es muy posible que suceda muy pronto”, dijo el director ejecutivo de Last Resort, Florian Willett, en una conferencia de prensa.
“No puedo imaginar una forma más hermosa (de morir) de respirar aire sin oxígeno hasta caer en el sueño eterno”, añadió.
Una persona que desea morir debe pasar primero una evaluación psiquiátrica de su capacidad mental, un requisito legal clave.
La persona sube a la cápsula, cierra la tapa y se le hacen preguntas automáticas como quién es, dónde está y si sabe qué sucede cuando presiona el botón.
“‘Si quieres morir’, dice la voz en el procesador, ‘presiona este botón'”, dijo el activista de la eutanasia e inventor de Sarco, Phillip Nitschke.
Dijo que una vez que se presiona el botón, el contenido de oxígeno en el aire cae del 21 por ciento al 0,05 por ciento en menos de 30 segundos.
“Entonces estarán inconscientes… durante unos cinco minutos antes de morir”, añadió.
No hay vuelta atrás
En cuanto a que alguien cambie de opinión en el último momento, Nitschke dice: “Una vez que presionas ese botón, no hay vuelta atrás”.
No se ha tomado ninguna decisión sobre la hora, fecha y lugar de la primera muerte o quién pudo haber sido el primer usuario.
Fiona Stewart, abogada del consejo asesor de The Last Resort, dijo que tales detalles no se divulgarían después del evento porque “realmente no queremos que el deseo de una persona de una Suiza pacífica se convierta en un circo mediático”.
Cuando se le preguntó si este año sería el primer uso, respondió: “Yo diría que sí”.
Dijo que al usuario le costaría 18 francos suizos (20 dólares) sólo por el nitrógeno.
Pero el uso potencial de las cápsulas ha planteado muchas cuestiones legales y éticas en Suiza, reviviendo el debate sobre la muerte asistida.
(Esta historia no fue editada por el personal de NDTV y se generó automáticamente a partir de un feed sindicado).