Músico de Gaza canta para los niños que sufren los horrores diarios de la guerra

A pesar del peligro, Saad está decidido a continuar su misión.

Gaza:

Bajo la constante amenaza de ataques aéreos y bombardeos, Youssef Saad, de 15 años, un músico de oud de Gaza, anda en bicicleta por las calles devastadas por la guerra del campo de refugiados de Jabalia, en el norte de Gaza, con su instrumento atado a su espalda.

Saad cantó para los niños que soportaron los horrores diarios del conflicto de 11 meses, tratando de darles un poco de alegría o distracción.

“Las casas de mi ciudad alguna vez estuvieron llenas de sueños”, dijo Saad, mirando las ruinas de un campo de refugiados urbano de décadas de antigüedad, construido antes de la guerra y que estaba densamente poblado.

“Ahora ya no están”, dice.

Saad estudiaba en el Conservatorio Nacional de Música Edward Said en la cercana ciudad de Gaza antes de que la guerra destruyera gran parte del enclave.

Ahora, viviendo con familiares después de que su propia casa fuera destruida, ella es una de cinco hermanos cuyo futuro ha sido decidido.

Su padre, un funcionario de la Autoridad Palestina, siempre apoyó el sueño de Saad de convertirse en músico.

Pero ahora la atención de Saad ha cambiado. Pasa sus días en un centro de día de Jabalia, tocando la madera y cantando para los niños heridos de guerra.

Según cifras israelíes, el último derramamiento de sangre en el conflicto palestino-israelí de décadas de duración comenzó el 7 de octubre cuando el grupo islamista palestino Hamas atacó a Israel, matando a 1.200 personas y tomando casi 250 rehenes.

Más de 40.800 palestinos han sido asesinados, desplazado a casi toda la población y devastado el enclave asediado, según el Ministerio de Salud dirigido por Hamás, desde la posterior ofensiva de Israel en Gaza gobernada por Hamás.

“Cada hogar tiene una tragedia”, dijo Saad. “Algunos han perdido a su madre, a su padre, a su vecino o a su amigo”.

A pesar del peligro, Saad está decidido a continuar con su misión.

“Tratamos de ayudarlos a mejorar su salud mental, incluso si eso significa ponernos en riesgo”, dijo. “Es mi deber para con los niños”.

Y se niega a renunciar a sus sueños de futuro: “Nosotros, los niños de Palestina, intentamos permanecer estables incluso frente al genocidio”.

Saad dice que vive según un dicho que lo ayuda a superar sus días más oscuros: “Si vives, vive libre o muere de pie como un árbol”.

(A excepción del titular, esta historia no fue editada por el personal de NDTV y apareció en un canal sindicado).

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