Estados Unidos y sus aliados han pedido un alto el fuego de 21 días en la frontera entre Israel y el Líbano con efecto inmediato. La ruptura propuesta, aprobada por un bloque de 12 naciones que incluye al Reino Unido, la UE y varios estados árabes, se produce en medio de intensos combates entre Israel y Hezbolá. Casi 600 personas han muerto y casi 500.000 han sido desplazadas por los ataques aéreos israelíes en el Líbano desde el lunes.
Una declaración conjunta emitida por el presidente Joe Biden y el presidente francés Emmanuel Macron enfatizó la necesidad de seguridad e instó tanto a Israel como al Líbano a aceptar un cese temporal de las hostilidades. “El intercambio de disparos desde el 7 de octubre, y especialmente durante las últimas dos semanas, amenaza con un conflicto mucho más amplio y con víctimas civiles”, dijeron los líderes. Dijeron que el alto el fuego propuesto permitiría que los esfuerzos diplomáticos tuvieran éxito y “permitiría a los civiles regresar a sus hogares”.
El llamado se produjo después de que el jefe militar de Israel, el teniente general Harji Halevi, indicara que ataques aéreos masivos contra Hezbollah en el Líbano podrían llevar a las fuerzas israelíes a ingresar a territorio enemigo. La declaración conjunta de Estados Unidos y sus aliados señaló que las hostilidades presentaban el riesgo de una “escalada” regional más amplia a través de la frontera.
A pesar de la presión internacional, aún está pendiente una respuesta formal de los gobiernos israelí y libanés. Según un alto funcionario estadounidense, se están llevando a cabo conversaciones con el Líbano; el gobierno espera, y no Hezbollah, tomar la iniciativa en la gestión de actores no estatales dentro de sus fronteras, informó la BBC.
Anteriormente, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, también pidió un alto el fuego inmediato en el Líbano, advirtiendo que “se está desatando el infierno”.
El primer ministro libanés, Najib Mikati, condenó los ataques aéreos y los calificó de violación de la soberanía del Líbano. Esperaba una resolución que presionara a Israel para que aceptara un alto el fuego y agregó: “Nos enfrentamos a claras violaciones de nuestra soberanía y derechos humanos”.
En respuesta, el enviado de Israel ante la ONU, Danny Danon, sostuvo que Israel no busca una guerra a gran escala sino que está comprometido a utilizar “todos los medios a nuestra disposición” para proteger a sus ciudadanos de acuerdo con el derecho internacional.
Mientras tanto, continuaron los ataques transfronterizos, y Hezbolá atacó instalaciones militares y de inteligencia israelíes.
Irán, el principal patrocinador de Hezbolá, condenó los ataques aéreos israelíes y advirtió que Oriente Medio se enfrentaba a una “catástrofe a gran escala”. Teherán también prometió que apoyaría al Líbano “por todos los medios necesarios” si Israel intensifica su ofensiva militar.