La ciudad italiana de Florencia en Toscana está introduciendo nuevas reglas para combatir el creciente problema del sobreturismo. Las medidas incluyen la prohibición de cajas de llaves utilizadas por propietarios de alquileres a corto plazo y la prohibición de altavoces utilizados por guías turísticos. Las cajas de llaves, especialmente en el centro declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se han convertido en una fuente de frustración para los residentes, y algunos lugareños llegaron incluso a taparlas con cinta adhesiva en señal de protesta.
Mientras la ciudad se prepara para recibir a los ministros de turismo del G7, la alcaldesa de Florencia, Sarah Fanaro, presentó un plan de diez puntos para abordar estas preocupaciones. El nuevo decreto también apunta al mayor uso de “vehículos atípicos”, como los carritos de golf, en los que el vehículo utiliza guías turísticos para navegar por áreas restringidas.
En un comunicado, el ayuntamiento de Florencia dijo que las medidas son una respuesta a las llegadas sostenidas de turistas. Más de 7,8 millones de personas han visitado Florencia en lo que va de 2024 “La ciudad ya no es capaz de soportar, sin menoscabar su valor tradicional y sin ver comprometida su calidad de vida global, una presencia tan grande de actividades y avenidas de uso exclusivo turístico que se concentran únicamente. cinco kilómetros cuadrados (aproximadamente 2 millas cuadradas)”, dijo el ayuntamiento en un comunicado, informó cnn.
La decisión se produce tras una serie de incidentes que han intensificado aún más las relaciones entre lugareños y turistas. En un incidente, una turista fue filmada fingiendo actividad sexual en una estatua de Baco. En enero, la directora de la Galleria dell’Accademia, Cecile Hallberg, describió polémicamente a Florencia como una “prostituta” que había sucumbido al exceso de turismo, añadiendo que una vez que una ciudad se había convertido en “prostituta” era difícil recuperar su carácter original. .
Florencia, famosa por su arte y arquitectura renacentistas, ha sido durante mucho tiempo un importante destino turístico. En los últimos años, el número de visitantes a la ciudad ha aumentado dramáticamente, causando preocupación entre los residentes que sienten que sus vidas se han visto alteradas y los precios de las propiedades han aumentado. Este aumento del turismo ha provocado una reacción violenta, y los lugareños exigen medidas para proteger el carácter único de la ciudad.
Florencia no es el único destino italiano que enfrenta la presión del turismo de masas. El sitio arqueológico de Pompeya ha anunciado que limitará los visitantes diarios a 20.000 e introducirá entradas personalizadas. Del mismo modo, Venecia reintroducirá una tarifa de entrada para los turistas en 2025, mientras que Roma impondrá restricciones al acceso de los visitantes a la Fontana de Trevi tras su renovación.