Una nueva investigación realizada por neuro científicos del Centro Premier alemán (DPZ) – Instituto Libnies para la Investigación Premier en Gutangin muestra que nuestro cerebro trata de diversas formas de incertidumbre visual durante el movimiento de diferentes maneras. Dependiendo del tipo de incertidumbre, la planificación y la implementación del cerebro en el cerebro se ve afectada de diferentes maneras. Estos resultados pueden ayudar a mejorar la interfaz de la computadora del cerebro, lo que, por ejemplo, ayude a las personas a sufrir un accidente cerebrovascular, solo a superar órganos o computadoras artificiales con sus ideas.

Imagine despertarse por la noche y llegar a un vaso de agua en la oscuridad. Sin una visión clara, su cerebro tiene que adivinar dónde está el vidrio y dónde está su mano, un desafío que a menudo conduce a irregularidades. El cerebro procesa dos piezas importantes de información: necesita saber dónde está la mano y dónde moverla. Pero si esta información es incorrecta, ¿qué sucede? Los científicos del Grupo de Investigación de Censormotores en el DPZ investigaron el tema de la incertidumbre visual mientras controlaban el movimiento en su estudio con los monos pesqueros.

En el experimento, los monos movieron el cursor en una pantalla, usando una especie de palo de alegría a mano. Se investigaron dos tipos de incertidumbre: en la incertidumbre del objetivo, el objetivo del movimiento estaba representado por varios elementos dispersos, por lo que no estaba claro dónde estaba el objetivo. En caso de incertidumbre de la opinión, el cursor fue reemplazado por varios artículos dispersos y pequeños para que no estuviera claro dónde el usuario tenía su propia mano. Además, los investigadores experimentaron los efectos de la incertidumbre de la retroalimentación, mientras que los monos controlaban el cursor a través de una interfaz de la computadora cerebral, prácticamente solo pensando. En este caso, solo la información visual está disponible como una opinión sobre el propio movimiento, a diferencia de los movimientos del brazo natural, donde el cuerpo también siente la posición de la mano a través de otros sistemas sensoriales.

Diferentes efectos sobre la movilidad

Los resultados sugieren que el cerebro reacciona de manera diferente a la incertidumbre: la incertidumbre objetivo afecta principalmente la planificación y el lanzamiento del movimiento. Si los monos no sabían exactamente dónde estaba el objetivo, los movimientos fueron menos precisos desde el principio, es decir, se realizó una planificación irracional. También se reflejó en la actividad de las células cerebrales en la corteza motora. Por el contrario, debido a la incertidumbre de la opinión, el mal funcionamiento del movimiento era claramente claro solo cuando los monos dependen completamente de la retroalimentación visual, como usar la interfaz de la computadora del cerebro en forma de control. En este caso, la incertidumbre de la opinión afectó principalmente la implementación exacta del movimiento.

Los investigadores también encontraron que la actividad neuronal en la corteza motora refleja la incertidumbre tanto del objetivo como de las opiniones, pero que estas dos formas de incertidumbre se procesan en diferentes momentos. Esto sugiere que el cerebro integra información sobre el objetivo y la posición de la mano en diferentes etapas del movimiento de control.

Compatibilidad para una interfaz de computadora cerebral

Estos resultados pueden ayudar a mejorar la interfaz de la computadora del cerebro (BCI). Esta tecnología permite a las personas paralizadas, por ejemplo, solo controlar productos o computadoras artificiales con sus ideas. Dado que los usuarios de BCIS generalmente confían en la retroalimentación visual, porque a menudo la tienen, son especialmente inciertos en el concepto de su movimiento. La integración de señales sensoriales adicionales puede ser una solución prometedora. Por ejemplo, los motores de vibración, a saber, las opiniones superiores, pueden proporcionar información adicional sobre su movimiento manual a los consumidores y compensar la incertidumbre. El grupo de investigación, dirigido por Alexander Gail, ya está continuando experimentos y está desarrollando un enfoque de investigación como parte del Centro de Investigación SFB 1690 con nueva cooperación.

Lucas Aman, el principal autor del estudio con un neuro científico y Virginia Casanos en el Grupo de Investigación Sensorimotores, explica: “Nuestros resultados muestran que cuando hay fuentes alternativas de información disponibles, el cerebro puede compensar la incertidumbre.

De esta manera, este estudio proporciona información significativa sobre cómo el cerebro es sensible a la incertidumbre.

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