A principios de este año, un hombre de las cavernas estaba estudiando imágenes de satélite de la llanura de Nullarbor cuando vio algo inesperado: una enorme y misteriosa cicatriz en el paisaje árido.

Encontrar científicos curiosos, incluidos mis colegas y yo. Tras una investigación más detallada, nos dimos cuenta de que la cicatriz fue creada por un terrible tornado del que nadie sabía. Describimos los hallazgos en una nueva investigación publicada hoy.

Los tornados son una amenaza conocida en Estados Unidos y otros lugares. Pero también ocurren en Australia.

Sin el poder de la tecnología, este extraordinario ejemplo de la crueldad de la naturaleza habría pasado desapercibido. Estudiar las consecuencias de los tornados es importante para ayudarnos a predecir y prepararnos para el próximo gran tornado.

La historia de los tornados en Australia

Los tornados son columnas de aire violentas y arremolinadas que caen al suelo debido a tormentas eléctricas, con vientos que a menudo superan los 200 kilómetros por hora. Pueden causar una destrucción masiva: arrancar árboles, derribar edificios y arrojar escombros a grandes distancias.

Se han registrado tornados en todos los continentes excepto en la Antártida. Se encuentran comúnmente en la región de las Grandes Llanuras de los Estados Unidos y la región noreste de India-Bangladesh.

La persona que descubrió el lugar utilizó imágenes satelitales de Google Earth.

La persona que descubrió el lugar utilizó imágenes satelitales de Google Earth.

Después de una investigación más detallada, los científicos se dieron cuenta de que la cicatriz fue creada por un feroz tornado.

Después de una investigación más detallada, los científicos se dieron cuenta de que la cicatriz fue creada por un feroz tornado.

La cicatriz se extiende a lo largo de la frontera desde Australia Occidental hasta Australia Meridional.

La cicatriz se extiende a lo largo de la frontera desde Australia Occidental hasta Australia Meridional.

El primer tornado observado en Australia ocurrió en los suburbios de Sydney en 1795. Pero aquí no se confirmó científicamente la existencia de un tornado hasta finales del siglo XIX.

En las últimas décadas, los ejemplos documentados en Australia incluyen un tornado de 2013 que atravesó el noreste de Victoria hasta la frontera de Nueva Gales del Sur. Trajo vientos de entre 250 y 300 kilómetros por hora y dañó el municipio de Murray River.

Y en 2016, una fuerte tormenta produjo al menos siete tornados en las partes central y oriental de Australia del Sur.

La predicción precisa de los tornados es importante para los científicos, de modo que podamos emitir advertencias a la comunidad. Por eso el Nullarbor resultó útil para estudiar las cicatrices de los tornados.

Un misterio vertiginoso

La llanura de Nullarbor es una extensión de tierra remota, seca y sin árboles en el sur de Australia. La persona que descubrió la cicatriz utilizó imágenes satelitales de Google Earth para buscar cuevas u otras características kársticas en Nulabar.

El karst es un paisaje caracterizado por accidentes geográficos compuestos de piedra caliza. El descubrimiento de la cicatriz llamó la atención de mis colegas y de mí a través de una red colaborativa de investigadores y exploradores que estudian el Karst de Nullarbar.

La cicatriz se extiende a lo largo de la frontera desde Australia Occidental hasta Australia Meridional. Se encuentra a 20 km al norte del ferrocarril transaustraliano y a 90 km al este-noreste de Forrest, un antiguo asentamiento ferroviario.

Comparamos imágenes satelitales del sitio durante varios años para determinar que el tornado ocurrió entre el 16 y el 18 de noviembre de 2022. Se vieron patrones circulares azules junto a las manchas, lo que indica charcos de agua asociados con fuertes lluvias.

Los tornados son una amenaza familiar en los Estados Unidos, pero también ocurren en Australia.

Los tornados son una amenaza familiar en los Estados Unidos, pero también ocurren en Australia.

Luego, mis colegas y yo viajamos al sitio en mayo de este año para examinar y fotografiar la cicatriz y el paisaje vecino.

Nuestros resultados se publican hoy en el Journal of Southern Hemisphere Earth System Science.

lo que encontramos

La cicatriz tiene 11 km de largo y entre 160 y 250 m de ancho. Tiene patrones llamativos llamados “marcas cicloidales” formados por vórtices de succión de tornados. Esto indica que el tornado no era una tormenta normal sino una fuerte categoría F2 o F3, con vientos destructivos de más de 200 kilómetros por hora.

El tornado probablemente duró entre siete y 13 minutos. Las características de las manchas indican que el aire arremolinado dentro del tornado se movía en el sentido de las agujas del reloj. También creemos que el tornado se movió de oeste a este, lo que concuerda con la dirección de un fuerte frente frío en la región en ese momento.

Las observaciones meteorológicas locales también registraron una intensa nubosidad y precipitaciones durante ese período en noviembre de 2022.

A diferencia de los tornados que azotaron zonas pobladas, éste no dañó viviendas ni ciudades. Pero aún deja su huella, erosionando el suelo y la vegetación y remodelando la superficie de la Tierra.

Sorprendentemente, la cicatriz todavía era claramente visible en imágenes de satélite y en el suelo 18 meses después del evento. Probablemente esto se deba a que la vegetación crece lentamente en este paisaje árido, por lo que aún no se ha cubierto la erosión.

Se han reportado tornados en todos los continentes excepto en la Antártida.

Se han reportado tornados en todos los continentes excepto en la Antártida.

Predecir y prepararse

Este fascinante descubrimiento en las llanuras de Nullarbor muestra cuán poderosa e impredecible puede ser la naturaleza, a veces sin nuestro conocimiento.

Hasta ahora sólo se han registrado tres tornados en la llanura de Nullarbor. Probablemente esto se deba a que el área es remota, con pocos testigos presenciales y los incidentes no dañan la propiedad ni la infraestructura. Curiosamente, estos tres tornados ocurrieron en noviembre, así como así.

Nuestra investigación proporciona información valiosa sobre los tornados en esta región remota y poco estudiada. Esto nos ayuda a comprender cuándo y en qué condiciones ocurren tales tornados.

Enfatiza la importancia de las imágenes satelitales para detectar y analizar fenómenos meteorológicos en lugares remotos y ayudarnos a predecir y prepararnos para el próximo gran evento.

Y, finalmente, los resultados son un claro recordatorio de que el clima extremo puede ocurrir en cualquier lugar y en cualquier momento.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation.

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