Las dos primeras temporadas de “The Bear” tuvieron estilo y destello visual, pero cada una tenía un arco argumental fundamental. Temporada 1: Carmi regresa a Chicago después del suicidio de su hermano Michael (Jon Bernthal) para salvar el restaurante familiar, que entonces era un local de sándwiches de la vieja escuela llamado Beef, mientras lo desarrollaba. Temporada 2: Beef se reinicia de manera caótica y costosa como Bears, y se realizan renovaciones al comienzo de cada episodio. Cada pregunta se resolvió (la carne flotó, el oso hizo su apertura) mientras se burlaba de la siguiente.

La temporada 3, por otro lado, está creciendo y es una prueba de paciencia. Un buen restaurante intenta alcanzar el punto de equilibrio (y nuevamente, dejar de gastar dinero). Los conflictos que existen persisten. Carmi se empuja y se castiga (deja de fumar para dedicar unos minutos al día al trabajo). Syd reprime sus preocupaciones y dudas. Comenzamos la temporada preguntándonos si Carmi se reunirá con Claire, si Sid firmará su acuerdo de asociación, si el tío Jimmy (Oliver Platt), el patrón de Bear, desconectará. Todavía nos preguntamos cuándo terminó la temporada con “continuará”.

Pero sería fácil decir que el problema es la falta de acción argumental. De hecho, sus dos mejores episodios, ambos en la segunda mitad de la temporada, restan poco o nada a la historia general.

“Napkins”, dirigida por Edebiri, es un flashback de Tina (Liza Colon-Zayas), quien se convierte en cocinera después de perder su trabajo de oficina y se adentra en Biff’s Friendly Mess, donde se compadece de Michael. “Este lugar es depresión”, dijo. “Pero lo juro, hay días que son muy divertidos”.

En “Ice Chips”, la hermana embarazada de Carmi, Natalie (Abby Elliott), se pone de parto y se ve obligada a acudir a la última persona en crisis: su madre, Donna (Jamie Lee Curtis), el volcán de alcohol y cigarrillos que recordó “Fish” de la temporada pasada explotó. El rencor entre ellos no se olvida, pero llegan a una especie de entendimiento; En la intensa mirada de Donna, se ve cómo una madre mira a su hija y ve el futuro y el pasado, su propia vida representada más allá de ella.

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