VayaEn la mañana del 24 de octubre de 2023, un misil israelí alcanzó la casa de mi padre en la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.Zona segura”por el ejército israelí. El misil explotó a sólo 5 pies de distancia de donde estaba sentado con mis hijos.
Mi hijo Abdullah, de 13 años, y otras seis personas murieron en este ataque; Mi sobrina Jude, de 10 años, mi madrastra Intisar, mi tía Fátima, mi tía Kariya, mi prima Fawzia y nuestro vecino Hamad. Nos hirió gravemente a 10 de nosotros, incluyéndonos a mí y a dos de mis otros tres hijos. Sólo mi hijo Abdelrahman se salvó; Estaba esperando en una larga cola fuera de la casa para comprar pan.
Los que sobrevivimos, luchamos juntos, cruzamos la ciudad y entramos en un pequeño apartamento que mi hermano había alquilado antes de la guerra, que muchos expertos y yo consideramos un genocidio. Se suponía que este pequeño apartamento de dos habitaciones tenía capacidad para 20 personas, pero no teníamos otra opción. Rafah estaba repleta de palestinos desplazados y, en las semanas previas a la guerra de Israel, el ejército israelí ordenó a todos los habitantes del norte de Gaza que se dirigieran al sur.
Debido a la deficiente infraestructura médica en Rafah debido a la guerra, pasé varias semanas lamentando la pérdida de mi amado hijo Abdullah, recuperándome de mis heridas en el Hospital Nasser en Khan Younis, la segunda ciudad más grande de Gaza. Mis hijos Mohammed y Badool y mi hermana Banan, a quienes les amputaron las piernas después de un ataque aéreo, lograron milagrosamente salir de Gaza para recibir tratamiento médico en el extranjero. Tuvieron suerte de salir antes que Israel. Capturaron el cruce de Rafah En Egipto en mayo, y lo destruyó El mes de junio. Decenas de miles de personas No tengo tanta suerte.
El sufrimiento que presencié en el hospital estaba más allá de la resistencia humana. La afluencia de cadáveres fue interminable. Sin suficientes ambulancias para transportarlos, los cuerpos de los muertos llegaban en coches privados o carros tirados por burros. Madres, padres y seres queridos vinieron a recoger los restos de sus hijos, gritando de conmoción y dolor.
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En los primeros días de la guerra, me preguntaba si podría acostumbrarme a estos horrores. Pero entonces el grito de una madre perforaría el aire y destruiría mis pensamientos. Es difícil imaginar que el mundo se acostumbre a ello.
Salí del hospital a principios de diciembre y regresé a Rafah. Israel ha amenazado con lanzar una invasión terrestre a la ciudad, que alberga a 1,5 millones de personas desplazadas. Como otras familias, estábamos luchando: ¿Adónde podríamos ir si el ejército israelí ocupara Rafah?
Mi familia y yo iniciamos un plan para regresar a Khan Younis, donde tenía un apartamento. Esa era nuestra única opción. Pero antes de irnos, Israel Khan invadió YunisMató esta última esperanza de refugio. Unos días después de salir del hospital, mi apartamento quedó destruido junto con miles de casas más.
Nuestra única opción era montar una tienda de campaña en el extremo norte de Rafah. Pero nuevamente el bombardeo nos siguió. Así que decidimos intentar una vez más el angustioso viaje a Khan Younis. Hemos estado sin hogar desde mayo, viviendo en tiendas de campaña en Khan Younis. La mayoría de los edificios han sido destruidos. Ese mismo mes, el ejército israelí Cumplió la promesa de invasión. Rafa.
Las condiciones que enfrentamos son patéticas. Tenemos poca agua, ni buena comida, ni sistemas de alcantarillado, ni muebles.
Desafortunadamente, la terrible experiencia de mi familia no fue única. Algunos han sido desplazados 20 veces en Gaza. Hoy en día, la mayoría de la gente duerme en las calles sin refugio. Los desplazamientos constantes nos han dejado exhaustos. Es uno de los caminos más insoportables que hemos vivido. La mayoría de la gente no tiene ninguna fuente de ingresos ni alimentos, ni acceso al transporte. Un portavoz militar israelí anuncia periódicamente órdenes de evacuar grandes extensiones de tierra a través de publicaciones en Facebook. Pero los palestinos arriesgan sus vidas. Estábamos demasiado cansados para movernos de nuevo y no teníamos otro lugar adonde ir.
Al menos 41.000 El año pasado murieron palestinos, en su mayoría mujeres y niños, y Más de 10.000 personas Desaparecidos bajo los escombros de sus casas.
Israel no está en guerra con Hamás sino contra todo el pueblo de Gaza. Dos días después del ataque de Hamás del 7 de octubre, el Ministro israelí Yoav Gallant, tal vez no sorprenda, el dijo Israel está luchando contra los “animales humanos” y ha ordenado el corte de electricidad, combustible, agua y prácticamente todo lo demás en Gaza. Desde entonces, la maquinaria de guerra israelí ha operado con financiación y apoyo inquebrantables e ilimitados de la administración Biden.
Las condiciones que Israel nos ha impuesto han hecho que nuestras vidas sean insoportables y sus líderes parecen orgullosos. Morimos de todas las muertes posibles. Morimos a causa de los ataques aéreos, el hambre y las enfermedades. Morimos en agonía porque el mundo fue cómplice de nuestro genocidio.
Al entrar en el segundo año de esta guerra, los comandantes israelíes he dicho Quieren evacuar completamente el norte de la Franja de Gaza de sus residentes. Parece que ya están trabajando en este plan. Orden Todos los civiles del norte deben partir hacia el sur en este ciclo interminable de desplazamiento.
Israel continúa deshumanizando a mi pueblo y convirtiendo a Gaza en un campo de exterminio con la ayuda de sus poderosos amigos. La mayoría de la población mundial rechaza estas políticas. Pero mientras los gobiernos occidentales sigan apoyando a Israel con armas y cobertura política, no habrá respiro.
Este artículo fue escrito originalmente en árabe y compartido a través de WhatsApp debido a los recursos limitados en Gaza. Artículo de opinión traducido por Rethink Media.
