LA PAZ, Bolivia – Las autoridades bolivianas anunciaron el viernes que arrestaron a cuatro oficiales militares más en relación con un complot frustrado el miércoles contra el gobierno del presidente Luis Arce.

En conferencia de prensa, el alto miembro del gabinete Eduardo del Castillo dijo que entre los arrestados se encuentran el conductor de un tanque que embistió repetidamente las puertas de la sede de gobierno y un ex capitán de infantería acusado de dar órdenes a los soldados que tomaron la céntrica Plaza Murillo de la capital.

“Estas personas ordenaron la destrucción del patrimonio boliviano”, dijo del Castillo.

Un intento de golpe tuvo lugar bajo el liderazgo. Juan José Zúñiga, quien fue jefe del ejército hasta su destitución y arresto el miércoles. Zúñiga, sin aportar pruebas, ha acusado a Ars de ordenar la rebelión como una estratagema para impulsar su creciente popularidad mientras él lucha por gestionarla. Economía circular y alimentando el descontento público.

Arce negó vehementemente el jueves por la noche las acusaciones de que estaba llevando a cabo una “autoconspiración” para ganar apoyo político.

El asediado presidente está compitiendo por el control de su gobernante Partido Socialista. con el poderoso ex presidente Evo Morales antes de las elecciones presidenciales del próximo año. La disputa política ha dejado a los bolivianos desilusionados y confundidos en cuanto a lo que realmente sucedió en esas tres horas caóticas cuando los tanques entraron en La Paz el miércoles y Arce enfrentó a los gobernantes y ordenó a Zúñiga que dimitiera.

Las autoridades dicen que entre los 21 detenidos se encuentra un hombre sospechoso de realizar trabajos de inteligencia fuera del palacio presidencial mientras se llevaba a cabo el golpe y un sargento del ejército que supuestamente coordinó el golpe usando FaceTime y otras aplicaciones de redes sociales.

Multitudes se reunieron afuera de las celdas de la prisión de La Paz, un grupo esperando reunirse con sus familiares que estaban detenidos adentro, mientras que otro grupo se manifestó en apoyo al gobierno, encendiendo fuegos artificiales y pidiendo que Zúnica fuera castigado.

María Tarifa, una de las abogadas de los generales encarcelados, se negó a compartir detalles del caso. “Están esperando recibir una justicia lo más concreta y objetiva posible”, dijo sobre la familia del prisionero.

El viernes por la mañana, Zúñiga fue esposado y marchado por la prisión rodeado de policías. Su esposa estaba sentada con los ojos bajos, sosteniendo una pequeña bolsa de bocadillos, esperando que saliera el general.

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