Buenas noches a todos.
Es fantástico estar aquí en Ciudad del Cabo esta tarde.
Sudáfrica es una tierra de inmensa belleza natural y extraordinaria biodiversidad.
Es un país que juega un papel importante en los esfuerzos de conservación global.
Desafortunadamente, la alarmante realidad que enfrentamos es que los sistemas naturales de nuestro planeta se están acercando rápidamente a un punto de inflexión irreversible impulsado por una pérdida de naturaleza y un cambio climático sin precedentes.
Desde 1970, hemos visto una asombrosa disminución del 73% en el tamaño promedio de las poblaciones de vida silvestre en todo el mundo.
Esta imagen por sí sola resalta la fragilidad de nuestro ecosistema y la urgencia de nuestra misión.
El comercio ilegal de vida silvestre es un factor clave de esta disminución, que pone en riesgo a innumerables especies.
Es un problema de gran alcance que también socava la seguridad y la gobernanza globales.
Más allá de su impacto en la naturaleza, fomenta el crimen organizado y a menudo se entrelaza con otras actividades ilegales como el contrabando de drogas, el tráfico de armas y la explotación humana.
El crecimiento de estas redes criminales fomentó un entorno en el que la violencia contra las fuerzas del orden y los conservacionistas se volvió común.
Y lo que es más importante, esta crisis no se limita a una sola región: los efectos en cadena son profundos para todos nosotros.
La sobreexplotación de la naturaleza, catalizada por el comercio ilegal de vida silvestre, contribuye en gran medida a la pérdida de biodiversidad.
Sin naturaleza y ecosistemas saludables, no hay garantía de seguridad alimentaria, de agua potable ni de una economía próspera.
Es un desafío importante y complejo, que varía según las regiones pero que está profundamente interconectado a nivel mundial.
Esto exige una responsabilidad colectiva a través de fronteras e industrias, como lo expresaron los líderes mundiales en la reciente Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad en Colombia.
Desde su creación hace una década, United for Wildlife ha sido un catalizador de dicha colaboración.
Se ha convertido en un movimiento global que une a más de 400 socios en seis continentes.
Estoy orgulloso de lo que hemos logrado juntos y estoy encantado de ver a tantas personas clave para nuestro éxito en Ciudad del Cabo para esta cumbre.
Es un testimonio del poder de las asociaciones: reunir a las fuerzas del orden, las instituciones financieras, las redes de transporte y los conservacionistas para abordar este desafío global.
Durante los últimos diez años, United for Wildlife ha logrado resultados significativos apoyando operaciones sobre el terreno.
Nuestra asociación con la ONUDD, la Interpol y el Grupo de Acción Financiera Internacional ha sido fundamental para interrumpir los flujos financieros que sustentan los delitos contra la vida silvestre, dificultando que los traficantes obtengan ganancias de sus actividades destructivas.
Hoy puedo decir con confianza que la lucha contra el comercio ilegal de vida silvestre ya no es la cuestión marginal que era en 2014. Se ha convertido en una prioridad para los líderes mundiales y en un foco para muchas de las empresas más grandes del mundo.
Hemos visto cerrarse mercados clave para productos ilegales de vida silvestre durante la última década, comenzando por Estados Unidos, seguido por el Reino Unido, Singapur y China.
Hemos visto el fortalecimiento de la legislación, la aprobación de importantes resoluciones de la ONU y una comprensión cada vez mayor del esfuerzo global necesario para abordar esta crisis.
Si bien estos logros internacionales son importantes, debemos reconocer a las personas que están en primera línea: los guardabosques, los pueblos indígenas y las comunidades locales que son los guardianes de los recursos más preciados de nuestro planeta.
Los guardabosques son fundamentales si queremos cumplir nuestros objetivos de conservación global para 2030 y evitar puntos de inflexión peligrosos que podrían amenazar nuestro planeta.
Estas personas hacen mucho más que proteger la vida silvestre.
Son educadores, apoyan a la comunidad y ayudan a regular el uso sostenible de los recursos naturales.
Acabamos de enterarnos del extraordinario trabajo de dos guardabosques excepcionales que encarnan la dedicación de muchos héroes de la conservación en todo el mundo. Han fomentado con éxito la participación de la comunidad e integrado las prácticas de conservación tradicionales con las contemporáneas.
Sin embargo, a menudo carecen de apoyo suficiente, y los guardabosques, en particular, enfrentan salarios y protección inadecuados.
Esto se ha vuelto más evidente en los últimos dos años tras el asesinato de Anton Mzimba en Sudáfrica. Anton fue asesinado en su casa por su trabajo protegiendo la increíble biodiversidad de este país. Y en todo el mundo, 1.400 Rangers han sido asesinados en la última década.
No podemos proteger nuestro planeta sin una fuerza laboral bien apoyada.
Actualmente, menos de 300.000 guardabosques trabajan en todo el mundo, pero las estimaciones dicen que necesitamos cinco veces esa cantidad para cumplir adecuadamente nuestros compromisos de conservación.
Es por eso que me enorgullece anunciar que United for Wildlife, en colaboración con Game Rangers Association of Africa y Task Trust, está lanzando un nuevo producto de seguro de vida diseñado específicamente para guardabosques de toda África.
La iniciativa tiene como objetivo garantizar que los guardabosques reciban la cobertura de seguro de vida que tanto necesitan, asegurándoles a ellos y a sus familias que están protegidos por los trabajos peligrosos que realizan.
Estará liderado por quienes protegen la naturaleza, con un enfoque en establecer mejores prácticas.
Un consejo de liderazgo formado por guardabosques experimentados guiará la iniciativa, garantizando que se arraigue en las necesidades y experiencias de quienes están en primera línea.
Me alegra que a través de esta iniciativa, United for Wildlife se una a otras organizaciones como Universal Ranger Support Alliance, International Ranger Federation para fortalecer este importante trabajo.
Una línea de frente fuerte y apoyada es esencial para detener el comercio ilegal de vida silvestre. Pero nuestros esfuerzos no pueden detenerse ahí.
Debemos adoptar un enfoque holístico, comprendiendo los factores sociales, económicos y ambientales que impulsan este comercio.
Debemos trabajar estrechamente con las comunidades locales, asegurándonos de que estén en el centro de las soluciones de conservación.
Sudáfrica nos ofrece a todos una valiosa lección a este respecto.
La nueva y visionaria política de biodiversidad del gobierno sudafricano, desarrollada a través de una amplia consulta pública, asume la responsabilidad de cuidar todos los aspectos de la biodiversidad, garantizando que tanto las personas como la naturaleza puedan prosperar.
Reconoce acertadamente que la conservación no puede tener éxito sin el apoyo de los seres humanos que viven junto a la vida silvestre.
Muchos países africanos están liderando el camino en la protección de nuestro mundo natural.
El enfoque desarrollado aquí puede servir como modelo para otros que enfrentan desafíos similares en otros lugares.
Lo que suceda en los próximos cinco años, especialmente en términos de detener el comercio ilegal de vida silvestre, es crucial para el futuro de la vida en la Tierra.
La urgencia es clara, ya que se están eliminando partes enteras de la cadena de especies.
Al mirar hacia 2030 y más allá, tenemos el poder y la oportunidad de cambiar de rumbo.
Si bien el desafío aún puede ser complejo, el camino ahora está despejado.
Debemos fortalecer nuestras redes, apoyar a quienes están en primera línea y adoptar estrategias de conservación innovadoras y centradas en la comunidad.
Aprovechar nuestro progreso comprometiéndonos con políticas efectivas, asociaciones más profundas y más financiación.
Al hacerlo, podemos crear un futuro en el que las personas y la naturaleza prosperen.
Un futuro en el que el comercio ilegal de vida silvestre sea cosa del pasado y nuestro mundo natural esté protegido.
gracias